La infanta Sofía acaba de superar una etapa crucial en su vida. En abril cumplió los 18 años y en mayo finalizó sus estudios de Bachillerato en el UWC Atlantic College de Gales, el prestigioso internado donde también estudió su hermana, la princesa Leonor.
Su futuro académico, sin embargo, continúa siendo un misterio. A pocas semanas de comenzar el nuevo curso, no hay confirmación sobre qué carrera estudiará ni en qué universidad. Lo único seguro es que Sofía no seguirá el camino militar de Leonor, marcando así su propia ruta.
Regreso a la vida pública: dos apariciones, un mismo detalle
Después de meses dedicada a los estudios, Sofía ha regresado con fuerza a la escena pública. En pocos días ha acompañado a sus padres en dos actos oficiales:
- Primero, en el Palacio de la Zarzuela, durante la recepción al Patronato de la Fundación del Comité Español de los Colegios del Mundo Unido.
- Más tarde, en Marín (Pontevedra), en la ceremonia en la que el Rey Felipe VI impuso a Leonor la Gran Cruz del Mérito Naval.
En ambos escenarios, la mirada mediática se centró en ella. La infanta lució su melena rubia suelta, un maquillaje muy discreto y un estilo sobrio. Pero lo que más llamó la atención fue su decisión radical: no llevar ninguna joya.
Sin pendientes, sin collares, sin anillos
Ni pulseras, ni pendientes, ni colgantes. Nada. Y lo más sorprendente: Sofía ni siquiera tiene los lóbulos perforados, al contrario que Leonor. Si repasamos sus apariciones anteriores, siempre ha mantenido la misma coherencia: ni en actos solemnes, ni en ocasiones institucionales se la ha visto luciendo joyas.
Un gesto que habla de su personalidad
Lejos del brillo y la ostentación, Sofía proyecta una imagen natural, sencilla y casi austera, muy poco común entre las jóvenes royals de Europa. Esta elección no parece casual, sino una convicción personal que la distingue del resto de la familia real.
Casa Real ya no puede ocultarlo
Lo que en un principio parecía un detalle aislado, hoy se confirma como una decisión firme. Acto tras acto, Sofía deja claro que ha optado por no lucir joyas, marcando un estilo propio y diferenciándose no solo de su hermana Leonor, sino también de la tradición monárquica.
En resumen: La infanta Sofía ya ha dejado su sello personal. Su futuro académico sigue siendo un enigma, pero algo está claro: en los escenarios oficiales, ha decidido brillar sin joyas.
